Se dice que la Filatelia es Cultura porque ésta hace un recorrido cultural por la historia, y ejerce una clara influencia en
la cultura del coleccionista, haciendo adquirir gran número de conocimientos, aportados por el acercamiento
e investigación que tenemos que hacer sobre las circunstancias que rodean al sello. Esto es un hecho indiscutible.
La persona que acude a la filatelia como fuente de información, adquiere muchas más cultura
clasificando, colocando y remirando sellos, que acudiendo a un evento deportivo (que también cuesta dinero)
o haciendo zapping con el mando a distancia por 40 ó 50 canales de TV.
El coleccionista suele conocer fecha, nombres y lugares con facilidad, pues en su recorrido filatélico
contempla paisajes, indaga sobre personajes, memoriza nombres, y reflexiona sobre aspectos curiosos de la historia.
Todos los grandes hitos de un país: sus hombres y mujeres, sus fiestas, su idiosincrasia quedan reflejados hoy
en las emisiones conmemorativas de sellos del mismo, y es por eso que casi se podría contar la historia a
través de los sellos.
Y es que la Filatelia, desde 1850 se ha convertido en el Notario mayor de la historia. Desde ese tiempo en
adelante ha venido dando fe de acontecimientos,
personajes y conmemoraciones que en su día tuvieron una trascendencia vital en el pensar y el sentir de la
humanidad.
Por donde ella pasa, van quedando huellas de dichos acontecimientos por medio de sellos, matasellos, rodillos,
Enteros postales, etc. Por medio de ella, las futuras generaciones podrán recordar las grandes Exposiciones,
las Inauguraciones, los Centenarios celebrados, y podrán conocer a Personajes de nuestra historia reciente que
de otra manera pasarían al olvido. Y es que si no fuera por su estigma centenares de hechos de nuestra historia
local o nacional e internacionales quedarían en el más absoluto de los olvidos.
No es extraño que muchos doctos en la materia hayan llegado a afirmar que la Filatelia es una Rama
Auxiliar de la Historia, que la Filatelia hace historia día tras día sin grandes firmas de tratados,
sin mucha pomposidad, calladamente, y lamentablemente, sin grandes ayudas de los Organismos de Correo estatales que
al fin y al cabo, son los grandes beneficiados de que tal hábito se extienda a todos los sectores de la sociedad.
En multitud de eventos la Filatelia ha quedado reconocida como instrumento de primera mano para difundir la
cultura de los pueblos, ya que en sí misma es una manifestación de dicha cultura.
Por otro lado, el ser humano encuentra en la filatelia, una actividad donde descansar su tiempo de ocio y
entretenimiento.
Los países avanzados caminan hacia una civilización del ocio. Los ordenadores, los robots,
la mecanización en general, están tomando el relevo y simplificando enormemente el trabajo humano.
Se habla de la jornada de 35 horas semanales como una posibilidad real, algo casi impensable hace 20 años.
Y es que a pesar de que la vida está sumergida en un ritmo acelerado, el ser humano está disponiendo
de tiempo libre con más frecuencia, sus periodos de ocio son cada vez más distendidos, y ese mayor
tiempo libre disponible le está llevando a modificar sus hábitos de tiempo libre, para ocuparlo,
vivirlo y disfrutarlo, con algo que satisfaga realmente su buen saber y entender. Las fórmulas pueden ser
muchas, pero pocas encierran una gama de facetas tan variada como es el coleccionismo, en especial el de sellos o
filatelia.
Son muchas las horas que una persona puede pasar observando, ordenando, investigando y planificando una
colección de sus objetos preferidos, y muchos los beneficios culturales que tal acción conlleva.
Volver Inicio
